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martes, 4 de mayo de 2010

2. ¿Qué es el estrés?

Podría definirse estrés como aquel estado en que caemos tras llevar una vida acelerada, con múltiples preocupaciones (como la actual), y que inducen, en la persona que lo sufre, una serie de síntomas: aumento de la frecuencia cardíaca, tensión en determinadas zonas musculares, aumento de la transpiración, sequedad de boca o temblores.

En realidad, el estrés es sinónimo de cambio; independientemente de si el cambio es para bien o para mal: Una boda, un nacimiento, la pérdida de empleo… son agentes que producen estrés.

Así, pues, otra definición posible de estrés podría ser la siguiente: Preparación para un posible cambio, que genera tensión física y mental, sentida por un individuo bajo presión, dentro de su cuerpo, y que activa todo un sistema cuya misión es alertarlo acerca de la presencia de dicha situación, y lo prepara para el peligro o afrontar el cambio. Es, por tanto, una reacción natural del organismo.

Entre los síntomas que desencadena esta reacción, encontramos:
- Un aumento de la frecuencia cardíaca.
- Un aumento de la tensión de los músculos y de la transpiración de sudor.
- Sequedad bucal.
- Una reducción de la necesidad de ingerir alimentos.
- Temblor en manos

Cada individuo tiene determinada genéticamente su capacidad para soportar el estrés. A esta determinación se le llama temperamento. Éste se halla muy influido por lo que hemos aprendido en situaciones semejantes previamente (a esto se le denomina carácter). Así, pues, la respuesta que la persona dará ante un estrés será directamente proporcional a la intensidad del estímulo que lo generó, y a la propia percepción que la persona tenga de dicho estresante. Por tanto, podemos deducir que las situaciones afectan a la persona en mayor o menor medida según el momento, y el estado emocional que el sujeto viva en ese tramo de su vida.
Las personas poseen filtros ligados a cada uno de forma particular, permitiéndoles excluir o amplificar los estímulos recibidos. Estos filtros están relacionados con el carácter, la sensibilidad, la capacidad de afrontar sucesos relacionados con las experiencias aprendidas en el pasado y con los mecanismos de defensa.

El estrés no puede ser eliminado de nuestra vida. Podemos considerarlo como positivo si podemos manejarlo adecuadamente. Si el estrés origina ansiedad que pueda ser mantenida en niveles tolerables, es un factor positivo, que nos lleva a hacer las cosas bien. Pero si cada suceso, por pequeño que sea, nos pone ansiosos, este estrés pasa a ser negativo y nocivo para nosotros.

Un poco de historia acerca del concepto “Estrés”

En 1929, Canon lo describió como una reacción de lucha o huida ante situaciones amenazantes.
Años más tarde, en 1974, Selye planteó dos conceptos diferentes:
- El estrés: Como conducta normal de afrontamiento, con el cual convivimos.
- Y el distrés, al que define como un sistema de comportamiento disfuncional, anormal o patológico (conductas de afrontamiento).
El mismo Selye acuñó el concepto “Síndrome general de adaptación”, que se desarrolla en tres fases:
1. Reacción de alarma: Se caracteriza por alteraciones psicológicas y por una disminución de las defensas generales del organismo. Aparece un estado de exceso de actividad, inestabilidad de los niveles de glucosa en sangre, excitación cardíaca, aumento del tono muscular y trastornos digestivos varios.
2. Etapa de resistencia: Desaparecen los signos de alarma, y se potencian las defensas hasta un nivel superior a lo normal. La duración de esta fase depende de la intensidad del estímulo estresor. También la potencian factores de riesgo como el tabaquismo, el abuso de alcohol y un sueño poco reparador. Podemos luchar contra esta fase mediante una dieta equilibrada, ejercicios físicos y técnicas de relajación.
3. Etapa de agotamiento: Las defensas generales vuelven a disminuir hasta niveles mínimos. Las estrategias de adaptación fallan, y los signos de reacción comienzan a hacerse irreversibles. Si el estresor persiste, pueden aparecer síntomas psicológicos, o desarrollarse diversas patologías.
En 1968 Mason introduce una nueva valoración: Para que existe estrés, el estresor debe ser inédito, y para que el mismo produzca una respuesta, debe haber sido previamente evaluado cognitivamente por el individuo. No influye tanto el estresor en sí mismo como la evaluación cognitivo-simbólica que el sujeto realice de esa situación de amenaza.
Bohus, en 1994, dice que en el estrés influyen, de manera determinante, la característica y duración del estímulo estresor y las estrategias de afrontamiento según los sistemas biológicos propios del individuo amenazado.
Actualmente, contamos con las aportaciones de la teoría cognitiva, que plantea que existen 4 posibles respuestas al estrés:
1. Lucha (fight)
2. Huida (flight)
3. Desmayo (faint)
4. Parálisis (freeze)

Efectos del estrés sobre el organismo

El estrés psicológico da lugar a una serie de reacciones, que incluyen:
- Disminución de nuestras defensas inmunológicas, lo que origina alergias, infecciones y enfermedades autoinmunes.
- Aumenta el riesgo de padecer trastornos cardíacos y circulatorios.
- Diabetes e hipertensión
- Asma
- Úlceras
- Cáncer
Existe un grupo de trastornos psicosomáticos que se producen debidos al estrés, y que afectan al sistema nervioso autónomo. Así, son frecuentes los síntomas digestivos: úlceras pépticas, anorexia nerviosa, dolencias inflamatorias del colon, intestino, colitis ulcerosa… y los respiratorios, como el asma, por ejemplo. También puede afectarse, en mayor o menor medida, la piel.

¿Qué entendemos por estresor?

Son aquellos elementos o circunstancias que nos producen estrés. Hay diferentes tipos:
1- Físicos o ambientales: Ruidos excesivos, polución, desorden…
2- Sociales o acontecimiento vitales: La muerte de un familiar próximo, la separación o el divorcio, la quiebra económica, el nacimiento de un hijo… (Ver escala de Ajuste Social de Holmes y Rahe)
3- Psicológicos: Recuerdos de un acontecimiento, conflictos emocionales, amenazas, afectos, pensamientos, una mala interpretación cognitiva de alguna situación, violencia…

LA ESCALA DE ESTRÉS PSICOSOCIAL
(Holmes Y Rahe)


1 Muerte del cónyuge 100
2 Separación o divorcio 70
3 Proceso judicial o problemas legales graves pudiendo terminar en encarcelamiento 68
4 Muerte de un familiar cercano 65
5 Enfermedad o accidente que requiere guardar cama 55
6 Contraer matrimonio 50
7 Quedarse sin trabajo 47
8 Retiro laboral 45
9 Reconciliación con el cónyuge 45
10 Enfermedad de un miembro de la familia o mejoría marcada de una enfermedad crónica en un miembro de la familia 44
11 Rotura de un noviazgo o relación similar 42
12 Embarazo 40
13 Incorporación de un nuevo miembro a la familia 39
14 Muerte de un amigo 38
15 Cambio brusco de las finanzas familiares (en más o en menos) 38
16 Reajuste en la empresa o conflictividad laboral en la empresa en que trabaja 38
17 Cambio en el tipo de actividad laboral 38
18 Empréstito o hipoteca de más de seis mil euros 38
19 La esposa se queda embarazada 35
20 Cambio radical (en más o en menos) en el número de disputas familiares 35
21 Enamorarse o iniciar una nueva amistad íntima y profunda 34
22 El marido o la esposa pierde su empleo 33
23 Mudanza 32
24 Cambio de lugar de trabajo 31
25 Accidente o situación de violencia física 30
26 Un miembro de la familia deja de vivir en la casa familiar 30
27 La esposa comienza a dejar de trabajar fuera de casa 29
28 Peleas o desacuerdos con vecinos o familiares no residentes en la casa familiar (o desaparición de un estado de conflictividad habitual) 28
29 Éxito personal de gran envergadura 28
30 Exámenes 27
31 Promoción en el trabajo 27
32 Peleas o desacuerdos con colegas y compañeros de trabajo (o desaparición de un estado de conflictividad habitual) 26
33 Reformas en la casa (importantes) 25
34 Deterioro notable de la vivienda o del vecindario 25
35 Cambio en las costumbres personales (de salir, vestir, de estilo de vida, etc.) 24
36 Cambio importante en las horas o condiciones de trabajo 23
37 Cambio en las opiniones religiosas 22
38 Cambio en las opiniones políticas 22
39 Modificaciones en la vida social (en más o en menos) aparte de los posibles cambios en las costumbres o hábitos personales 20
40 Cambio en la manera o duración del sueño 18
41 Cambio en la frecuencia de reuniones familiares 17
42 Cambio en las costumbres alimenticias o apetito 16
43 Vacaciones fuera de casa 15
44 Fiestas de Navidad y Reyes o su equivalente 13
45 Problemas legales menores (incluyendo sanciones de tráfico) 11


Tipos de estrés:

Según veíamos que definía Selye, el estrés se puede catalogar como:
1- Distrés o estrés negativo: Cuando, ante un número creciente de demandas (o percepción de demandas) que nos planteen alguna dificultad o amenaza, al organismo no le da tiempo a recuperarse, y padece un gran desgaste. Ejemplos de esta situación podrían ser: estar sobrecargado en el trabajo, realizar actividades en las que no se poseen los suficientes conocimientos, ser beneficiario de un ascenso en el trabajo, pero para un puesto no acorde a nuestras capacidades o preferencias, tener deudas importantes y no tener dinero suficiente para pagarlas…
2- Eustrés o estrés positivo: Sería aquel mecanismo que se activa automáticamente frente a un problema percibido claramente e interpretado como tal. Una vez resuelto el problema, el organismo vuelve a su normal funcionamiento, recuperando el equilibrio.
Según cuál sea la naturaleza del estresor, podemos hablar de:
1- Estrés sociológico: Aquel que se produce ante una situación de crisis social.
2- Estrés laboral: Indicar aquí que no todas las personas reaccionan de la misma manera frente a las condiciones y contingencias del trabajo.
3- Estrés fisiológico: se produce por la agresión al organismo por causas físicas.
4- Estrés producido por cambios ambientales
5- Estrés psicológico: Inducen respuestas emocionales de tipo angustia, ansiedad, irritabilidad, estado de ánimo negativo.

¿Existe alguna diferencia entre estrés y miedo?

Básicamente, que el primero prepara al organismo para la acción, nos permite pensar con rapidez y actuar con mayor fuerza y energía; y el segundo, generalmente, paraliza.

¿Cuáles son los síntomas típicos del estrés?

Entre los físicos, destacan: Palpitaciones, sensación de ahogo, hiperventilación, sequedad de boca, apnea, náuseas, malestares digestivos, diarrea, estreñimiento, tensión y dolor muscular, calambres, inquietud, hiperactividad, temblor en las manos, fatiga, mareos, dificultades en el sueño, dolores de cabeza, sudoración, sofocos, manos y pies fríos, aumento o disminución del apetito, mayor ingestión de sustancias (alcohol, tabaco), disminución del deseo sexual…
Y entre los síntomas psíquicos, podemos encontrar: Angustia, preocupación, desesperanza, introversión, depresión, impaciencia, irritación, hostilidad, agresividad, frustración, aburrimiento, inseguridad, sentimiento de culpa, desinterés por la apariencia, la salud o el sexo, incapacidad de finalizar una tarea antes de comenzar otra, dificultad para pensar con claridad, concentrarse y/o tomar decisiones, fallos de memoria, olvidos, falta de creatividad, disminución de la atención, inflexibilidad, hipercrítica, comportamiento irracional, pérdida de eficacia de productividad…

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